La Guerra de la Independencia y el Nacimiento del Liberalismo Español
Esta guerra fue mucho más que una lucha contra los invasores franceses. Se convirtió en una revolución liberal que dividió a los españoles en tres bandos: afrancesados (que apoyaban a José I), absolutistas (que querían mantener el Antiguo Régimen con Fernando VII) y liberales (que aprovecharon la crisis para modernizar España).
Mientras José I intentaba gobernar con el Estatuto de Bayona (una constitución impuesta desde arriba), los patriotas españoles crearon sus propias Juntas locales y provinciales para organizar la resistencia. La Junta Central fue la que tuvo la brillante idea de convocar unas Cortes completamente nuevas.
Las Cortes de Cádiz: El Parlamento que Cambió España
En 1810 se reunieron en Cádiz las Cortes Generales y Extraordinarias, la única ciudad importante libre de franceses. Los liberales tomaron el control porque muchos diputados no pudieron llegar desde sus provincias ocupadas, y fueron sustituidos por liberales gaditanos.
Estos diputados hicieron una revolución desde el parlamento: proclamaron que la soberanía residía en la nación, no en el rey, acabaron con la sociedad estamental y establecieron la igualdad ante la ley. También aprobaron la libertad de imprenta y abolieron la Inquisición.
El 19 de marzo de 1812 aprobaron "La Pepa" (la Constitución de 1812), que establecía una monarquía constitucional con división de poderes, derechos individuales y, aunque mantuvo el catolicismo como religión oficial, fue una de las constituciones más avanzadas del mundo.
Dato curioso: Aunque Fernando VII anuló la Constitución en 1814, "La Pepa" se convirtió en el símbolo del liberalismo español y sirvió de modelo para otros países europeos y americanos.