El Trienio Liberal y la Década Ominosa
Trienio Liberal (1820-1823): Tres años de libertad
Durante estos tres años, las Cortes retomaron las reformas donde las habían dejado. Suprimieron mayorazgos definitivamente, abolieron señoríos (con fórmulas favorables a los nobles, que se quedaron las tierras), disolvieron conventos, eliminaron la Inquisición para siempre, y restablecieron la Milicia Nacional para defender la Constitución.
Los liberales se dividieron en dos grupos: los moderados (antiguos doceañistas que querían reformar la Constitución para que el rey la aceptara) y los exaltados (jóvenes radicales que querían aplicar la Constitución al pie de la letra).
El régimen tenía enemigos por todas partes: las potencias europeas absolutistas, el campesinado tradicional, la Iglesia, y el propio Fernando VII, que conspiraba contra su propio gobierno. En 1822 incluso intentó un golpe militar que fue sofocado por la Milicia Nacional.
Al final, las potencias de la Santa Alianza decidieron en el Congreso de Verona (1822) intervenir militarmente. Francia envió a los "Cien Mil Hijos de San Luis" (1823), que recorrieron España sin apenas resistencia y liberaron a Fernando VII en Cádiz.
Década Ominosa (1823-1833): La venganza del rey
Fernando declaró nulos todos los actos del Trienio y desató el "terror blanco". Rafael del Riego fue ejecutado, junto a más de cien liberales. Se crearon Comisiones Militares y Juntas de Purificación para limpiar la administración de elementos liberales.
Pero esta vez Fernando fue más listo. Incorporó ministros reformistas como López Ballesteros que introdujeron mejoras en la Hacienda. Era una "vía media" entre el absolutismo puro y el liberalismo.
El gran drama del final fue la cuestión sucesoria. Fernando se casó por cuarta vez con María Cristina y promulgó la Pragmática Sanción (1830) para que pudiera heredar su hija Isabel. Su hermano Carlos María Isidro no lo aceptó, y cuando Fernando murió en 1833, estalló una guerra civil entre carlistas (partidarios de Carlos) e isabelinos (partidarios de Isabel II).
Los liberales vieron su oportunidad: apoyar a la regente María Cristina a cambio de volver al poder.
💡 Final del período: La muerte de Fernando VII en 1833 marca el fin definitivo del Antiguo Régimen. A partir de ahí, España camina hacia el liberalismo sin marcha atrás.