La Revolución Francesa: De la Monarquía Constitucional a la República
La crisis económica en Francia era insostenible: los campesinos pagaban más impuestos y en las ciudades escaseaban los productos básicos. Luis XVI convocó los Estados Generales, pero el Tercer Estado exigió cambios en el sistema de votación. Al negarse el rey, se constituyeron en Asamblea Nacional.
El 14 de julio de 1789, el pueblo de París tomó la Bastilla, símbolo del absolutismo. Este momento marca el inicio oficial de la Revolución Francesa. La Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, convirtiendo a los franceses en ciudadanos libres e iguales.
La Constitución de 1791 estableció la separación de poderes: ejecutivo (gobierno), legislativo (parlamento) y judicial (jueces). Sin embargo, los privilegiados se opusieron a las reformas. Luis XVI intentó huir del país pero fue detenido, lo que aumentó la desconfianza popular hacia la monarquía.
Los sans-culottes (clases populares urbanas) exigían soluciones a la crisis económica. En 1792 asaltaron el palacio de las Tullerías y detuvieron al rey y su familia.
💡 Momento decisivo: La toma de la Bastilla se convierte en símbolo universal de la lucha contra la tiranía.