El Carlismo: Tradición vs. Modernidad
El carlismo surge cuando Fernando VII deroga la Ley Sálica, permitiendo que su hija Isabel herede el trono. Su hermano Carlos se rebela, dando inicio a las guerras carlistas que durarán seis años.
Los carlistas defienden el tradicionalismo con su lema "Dios, Patria y Fueros". Apoyan la monarquía absoluta, el poder de la Iglesia católica y el sistema foral. Su base social incluye nobleza rural, clero, campesinos y pequeños propietarios del País Vasco, Navarra y Aragón.
María Cristina, como regente de Isabel II, cuenta con el apoyo de absolutistas moderados y liberales progresistas. Las potencias europeas también se posicionan: Francia, Inglaterra y Portugal apoyan a Isabel, mientras las monarquías absolutistas respaldan a Carlos.
La guerra termina en 1839 con el Convenio de Vergara, firmado entre Espartero y Maroto. Este acuerdo integra oficiales carlistas al ejército liberal y promete respetar los fueros, aunque esto último no se cumplirá realmente.
💡 Clave: Las guerras carlistas no son solo una disputa dinástica, sino el choque entre dos modelos de sociedad: el tradicional y el liberal.