La crisis de ultramar: Cuba y Filipinas
Desde 1824, el imperio colonial español se había reducido drásticamente. Solo quedaban Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunas islas pequeñas del Pacífico. Cuba era la joya de la corona, con una economía basada en plantaciones de azúcar, tabaco y café.
El problema fundamental era que Cuba era un mercado cautivo: solo podía comprar y vender a España, lo que la perjudicaba enormemente teniendo a Estados Unidos como vecino. Además, tenía que pagar impuestos de exportación a España y no tenía representación en las Cortes españolas.
En Filipinas la situación era similar: población española escasa, economía basada en el tabaco, control militar y presencia religiosa para "adoctrinar" a la población local. Ninguno de estos territorios tenía derechos políticos reales.
Las tensiones estallaron con la Guerra de los Diez Años (1868-1878) en Cuba, seguida de la "Guerra Chiquita". Aunque España ganó ambas, en 1893 José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano Independentista, que obtuvo el reconocimiento de Estados Unidos.
Contexto clave: El control económico excesivo de España sobre sus colonias creó las condiciones perfectas para los movimientos independentistas.