Crisis y Desastre del 98 (1885-1902)
Cuando Alfonso XII murió en 1885, su esposa María Cristina se quedó como regente. Los políticos firmaron el Pacto de El Pardo para mantener la estabilidad y seguir con el turno pacífico, pero las cosas se complicaron.
Durante la regencia hubo algunas reformas importantes: se legalizaron los sindicatos (1887), se quitó la censura de prensa (1888) y se aprobó el sufragio universal masculino en 1890. Sin embargo, la corrupción y el caciquismo siguieron igual de fuertes.
La oposición al sistema crecía por todos lados. Los republicanos se organizaron en diferentes grupos, los carlistas seguían protestando, y aparecieron los nacionalismos en Cataluña, País Vasco y Galicia. El movimiento obrero también se fortaleció, dividido entre socialistas (Pablo Iglesias) y anarquistas.
El golpe final llegó en 1898 con el "Desastre del 98". España perdió sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) en la guerra contra Estados Unidos. La explosión del acorazado Maine en La Habana fue la excusa perfecta para que los estadounidenses intervinieran y nos derrotaran completamente.
Este desastre provocó el regeneracionismo, un movimiento intelectual liderado por Joaquín Costa que criticaba duramente la corrupción y el atraso español. Pedían reformas profundas para modernizar el país y acabar con el caciquismo.
Dato clave: La pérdida del imperio colonial no solo fue un golpe económico, sino que destrozó la moral nacional y cuestionó todo el sistema político de la Restauración.