La Revolución Agrícola del Siglo XVIII
¿Te has preguntado cómo empezó la industrialización? Todo comenzó en el campo, no en las fábricas. En el siglo XVIII, Gran Bretaña vivió una transformación agrícola que cambiaría el mundo para siempre.
Antes de esta revolución, el sistema tradicional se basaba en el openfield y commonfield - tierras trabajadas de forma colectiva. Este método reducía mucho la productividad porque usaban el barbecho (dejar descansar la tierra) y limitaba la iniciativa individual de los agricultores.
Todo cambió con las Enclosure Acts (leyes de cercamiento). El objetivo era claro: individualizar el trabajo agrícola para aumentar la producción. Ya no más tierras comunales - cada uno trabajaría su propio terreno de forma más eficiente.
¡Ojo! Este cambio no benefició a todos por igual. Las tierras se concentraron en pocas manos, dejando a muchos sin recursos.
El resultado fue dramático: los pequeños propietarios y los dueños de parcelas muy pequeñas se vieron obligados a vender sus tierras a los ricos. Sin otra opción, emigraron a las ciudades en busca de trabajo, proporcionando la mano de obra que necesitarían las futuras fábricas industriales.