La Independencia de las Colonias Americanas
El imperio español en América, construido durante tres siglos, se desmoronó en apenas dos décadas (1810-1824). La debilidad de España tras las guerras napoleónicas y los nuevos vientos de libertad que soplaban desde Estados Unidos y Francia crearon la tormenta perfecta.
Los criollos (descendientes de españoles nacidos en América) lideraron el movimiento independentista, molestos por las reformas borbónicas que los excluían del poder. Las ideas de la Revolución Americana y la Revolución Francesa les inspiraron, mientras que Gran Bretaña apoyaba discretamente su causa por intereses comerciales.
Simón Bolívar y José de San Martín se convirtieron en los grandes libertadores. San Martín independizó Argentina en 1810 y Chile en 1818, mientras Bolívar liberó Venezuela, Colombia y Ecuador, creando la Gran Colombia. La batalla de Ayacucho en 1824 marcó el fin del dominio español en América continental.
El sueño roto: Bolívar soñaba con una América unida, pero los intereses locales y los caudillos fragmentaron el continente en múltiples repúblicas.
El legado español en América sigue siendo inmenso: el castellano, el catolicismo, el urbanismo de damero, la arquitectura colonial y el mestizaje cultural. Las universidades, los caminos reales y las tradiciones gastronómicas son herencia de tres siglos de presencia española. Aunque la independencia trajo libertad política, también dejó sociedades muy desiguales y económicamente dependientes de nuevas potencias como Gran Bretaña y Estados Unidos.