Religión, Cultura y el Final del Imperio
La religión experimentó una evolución fascinante durante la dominación romana. Inicialmente, el estado romano permitía las prácticas religiosas locales, pero todo cambió con la expansión del cristianismo en el siglo II d.C.
El proceso fue gradual pero decisivo: primero se estableció el culto al emperador en el siglo I, luego Constantino proclamó la libertad religiosa con el Edicto de Milán en el 313, y finalmente Teodosio convirtió el catolicismo en religión oficial en el 380. ¡Imagínate el impacto que tuvo este cambio en la vida cotidiana de la gente!
Hispania no solo recibió influencia romana, sino que también la exportó. Grandes emperadores hispanoss como Trajano, Adriano y Teodosio, junto con escritores como Séneca, Marcial y Lucano, demostraron que la península se había convertido en una parte fundamental del imperio.
Legado visible: Aún hoy puedes visitar impresionantes obras públicas romanas como el acueducto de Segovia, las murallas de Lugo, teatros en Cartagena y Mérida, y puentes como el de Alcántara.
El fin del Imperio Romano llegó en el siglo III d.C. por una crisis de control territorial, la división entre Imperio de Occidente y Oriente, y el aumento de presión en las fronteras por pueblos germanos. En el siglo V entraron en Hispania suevos, vándalos, alanos y finalmente los visigodos, que mantuvieron el poder durante tres siglos más.