Fragmentación y fin: de las taifas a Granada (1031-1492)
La caída del califato provocó la división de Al-Ándalus en múltiples reinos de taifas independientes. Estos pequeños reinos, debilitados por sus luchas internas, tuvieron que pagar parias (tributos) a los cristianos para evitar ser atacados.
La situación se volvió tan desesperada que pidieron ayuda al norte de África. Primero llegaron los almorávides (1090-1144), que derrotaron a los cristianos en Zalaca pero acabaron corrompiéndose. Después vinieron los almohades (1144-1248), que fueron aplastados en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).
El último suspiro de Al-Ándalus fue el reino nazarí de Granada (1232-1492). Durante sus mejores momentos construyeron la Alhambra y desarrollaron una próspera economía. Sin embargo, las luchas internas entre Boabdil y El Zagal debilitaron el reino.
Cuando los Reyes Católicos unieron sus fuerzas en 1482, el destino estaba sellado. Granada cayó en 1492, poniendo fin a casi ocho siglos de presencia musulmana en la península.
Punto clave: La fragmentación política fue la principal causa de la debilidad de Al-Ándalus frente al avance cristiano.