El reparto de África
África fue el gran botín del imperialismo europeo, y su reparto creó tensiones enormes entre las potencias. La Conferencia de Berlín (1884-1885) intentó evitar conflictos estableciendo reglas claras.
En el norte de África, Francia dominaba Argelia y Túnez, mientras que Inglaterra controlaba Egipto. En el África occidental, Francia se quedó con Senegal y Gabón, Inglaterra con Nigeria y Ghana, y España con Río de Oro.
El África oriental vio la presencia británica desde Egipto hasta Sudán, mientras que franceses e italianos se establecieron en las costas del mar Rojo. Portugal mantuvo Angola y Mozambique en el África austral.
Los territorios centro-africanos generaron las mayores tensiones. Se creó el "Estado Libre del Congo" como propiedad personal de Leopoldo II de Bélgica. Alemania obtuvo Tanganica, Camerún y África del Suroeste, mientras que Italia se quedó con Somalia y Libia.
Se produjeron importantes rivalidades coloniales: el ultimátum inglés a Portugal (1890), el choque franco-británico en Sudán (1898), y las crisis marroquíes entre Francia y Alemania, donde España obtuvo el norte de Marruecos (el Rif).
💡 Concepto clave: Solo la "ocupación efectiva" daba derecho a considerar un territorio como colonia según Berlín.