La Constitución de 1837: El equilibrio perfecto
La Constitución de 1837 fue el resultado de revisar "La Pepa" de 1812 para hacerla más práctica y menos radical. Esta vez sí funcionó porque encontró un equilibrio entre tradición y modernidad.
Los avances fueron significativos: libertad de expresión sin censura previa, igualdad ante la ley para todos los españoles, y la obligación de defender la patria. Mantuvo la religión católica como oficial, pero de forma menos tajante que en 1812.
El sistema político combinaba bicameralismo (Senado y Congreso) con una monarquía constitucional. Las Cortes se reunían anualmente, y se crearon ayuntamientos elegidos por los vecinos y milicias nacionales en cada provincia.
Esta constitución duró más tiempo porque logró el consenso entre moderados y progresistas, algo bastante difícil en la España del XIX.
✅ Clave de éxito: Fue más flexible y realista que la de 1812, adaptándose mejor a la realidad española.