Crisis de la Monarquía Borbónica (1788-1808)
Todo empezó en diciembre de 1788 cuando Carlos IV subió al trono y España se encontró en medio del caos europeo causado por la Revolución Francesa. Los primeros gobiernos de Floridablanca y el Conde de Aranda intentaron mantener España alejada del conflicto francés, pero la cosa se complicó rápidamente.
A partir de 1792, Manuel Godoy se convirtió en la figura clave del gobierno español durante 16 años. Su política exterior fue un auténtico zigzag: primero guerra contra Francia revolucionaria (1794), luego alianza con Francia contra Gran Bretaña, después conflictos con Portugal... España no paraba de cambiar de bando.
Las consecuencias fueron desastrosas. La Batalla de Trafalgar (1805) destrozó la flota española, el Tratado de Fontainebleau (1807) permitió la entrada de tropas francesas en territorio español, y finalmente el Motín de Aranjuez (1808) acabó con Godoy y provocó la abdicación de Carlos IV.
Dato clave: Este período demuestra cómo las crisis internacionales pueden desestabilizar por completo un país. España pasó de ser una potencia europea a convertirse en campo de batalla para las ambiciones napoleónicas.