Las consecuencias: Del Trienio Liberal a la Década Ominosa
La vuelta de Fernando VII desató una montaña rusa política que duró casi dos décadas. Primero vino el Sexenio Absolutista (1814-1820), donde el rey hizo exactamente lo que pedía el Manifiesto: abolió la constitución y persiguió a liberales y afrancesados sin piedad.
Pero el país estaba hecho un desastre económico, y en 1820 el pronunciamiento de Riego cambió las tornas. Comenzó el Trienio Liberal (1820-1823), donde Fernando VII tuvo que tragarse su orgullo y jurar la constitución. Los liberales se dividieron entre moderados y progresistas, y se pusieron manos a la obra: suprimieron la Inquisición, abolieron el régimen señorial y separaron Iglesia y Estado.
La fiesta liberal duró poco. En 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis (tropas francesas, ironías de la vida) invadieron España y devolvieron el poder absoluto a Fernando VII. Comenzó la Década Ominosa (1823-1833), la represión más brutal de todas: ejecutaron a Riego y machacaron definitivamente a los liberales.
El reinado terminó en 1833 con un problema gordo: Fernando VII murió sin hijos varones, dejando como heredera a Isabel II gracias a la Pragmática Sanción de 1830. Esto desató la Primera Guerra Carlista, porque su hermano Carlos también reclamaba el trono.
⚡ Recuerda: Este conflicto entre absolutismo y liberalismo define todo el siglo XIX español. Las ideas chocan, pero los cambios sociales y económicos hacen imposible volver completamente al pasado.