Evolución política de Al-Andalus De la conquista a los reinos de taifas
La conquista musulmana de 711-714 fue sorprendentemente rápida gracias a la crisis interna visigoda. Los witizianos, en guerra civil contra el rey Rodrigo, pidieron ayuda a los musulmanes, mientras que la población hispana colaboró activamente al ver la actitud tolerante de los conquistadores.
Tras la batalla de Guadalete en 711, Tarik derrotó a los visigodos, y para 714 los musulmanes dominaron toda la península mediante rendiciones pactadas. El emirato dependiente de Damasco (714-756) estableció las bases de la sociedad islámica, aunque su expansión se frenó en Covadonga (722) y Poitiers (732).
El emirato independiente de Córdoba (756-929) supuso la independencia política del califato de Bagdad bajo los Omeya, consolidando el poder interno. Posteriormente, el califato de Córdoba (929-1031) convirtió Al-Andalus en la principal potencia del Mediterráneo occidental, construyendo la mezquita de Córdoba y Medina Azahara.
¡Dato curioso! Almanzor dominó el califato con una dictadura militar, pero tras su muerte todo se desmoronó, dando lugar a los reinos de taifas.
Los reinos de taifas (1031-1090) dividieron Al-Andalus en múltiples territorios independientes que, pese a su riqueza cultural, pagaban parias a los cristianos. Las unificaciones almorávide y almohade intentaron frenar el avance cristiano hasta que solo quedó el reino nazarí de Granada (1238-1492).