Los Reyes Católicos: La Fundación de España Moderna

Imagina dos reinos que deciden unirse pero manteniendo cada uno sus propias reglas. Eso fue exactamente lo que hicieron Isabel de Castilla y Fernando de Aragón con la Concordia de Segovia en 1475. No era una fusión completa, sino una unión dinástica donde cada reino conservaba sus leyes e instituciones.

Los Reyes Católicos revolucionaron el gobierno creando las bases del Estado Moderno. Apartaron a los nobles del poder y metieron en el Consejo Real a gente preparada de la burguesía y baja nobleza. Crearon la Santa Hermandad para mantener el orden y reorganizaron completamente la justicia con las Chancillerías de Valladolid y Granada.

Para garantizar la unidad religiosa fundaron el Tribunal de la Inquisición en 1478. La guerra de Granada culminó el 2 de enero de 1492 cuando tomaron la Alhambra, terminando así la Reconquista que había durado casi ocho siglos.

Dato curioso: El mismo año que terminó la Reconquista, Colón descubrió América. ¡Menudo año fue 1492!

El Descubrimiento y Conquista de América

El descubrimiento de América cambió el mundo para siempre. Todo comenzó cuando Colón partió del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 con sus tres carabelas. El 12 de octubre llegó a San Salvador, aunque él murió convencido de haber llegado a Asia.

La conquista se desarrolló en dos fases. La etapa antillana (1492-1502) con los cuatro viajes de Colón por las islas del Caribe. Después vino la etapa continental (1519-1550) durante el reinado de Carlos I, cuando se conquistaron los imperios azteca e inca.

La colonización supuso el control total del territorio. La Casa de Contratación de Sevilla monopolizó todo el comercio con América. Los españoles organizaron las tierras conquistadas mediante el sistema de repartimientos, encomiendas y la mita.

Increíble pero cierto: En solo 10 años (1540-1550) se había explorado prácticamente toda América, un continente entero.

Los Austrias del Siglo XVI: Carlos I y Felipe II

Carlos I tuvo que enfrentarse desde el principio a dos grandes revueltas: las Comunidades de Castilla y las Germanías de Valencia (1520-1522). Los castellanos estaban hartos de su política europeísta y de que gastara dinero español en problemas europeos.

Su política exterior fue una locura total. Luchó contra Francia (victoria en Pavía, 1525), contra los turcos (conquistó Túnez pero fracasó en Argel) y contra los protestantes. A pesar de sus victorias, no pudo evitar la división religiosa de Europa con la Paz de Augsburgo en 1555.

Felipe II heredó este imperio pero sus problemas fueron diferentes. En España tuvo que sofocar la rebelión de los moriscos en las Alpujarras (1568). En Europa, venció a Francia en San Quintín (1557), consiguió la unidad ibérica al anexionar Portugal (1580), pero perdió la Armada Invencible contra Inglaterra (1588).

Dato alucinante: Con Felipe II, España controlaba territorios en Europa, América, Asia y África. ¡El primer imperio mundial de la historia!

Los Austrias del Siglo XVII: La Crisis del Imperio

El siglo XVII fue el comienzo del fin para el imperio español. Los tres Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) eran tan débiles que dejaron el gobierno en manos de nobles favoritos llamados validos.

Felipe III (1598-1621) dejó el poder al duque de Lerma, quien llevó una política pacifista pero cometió el error de expulsar a los moriscos (1609), lo que arruinó la economía de muchas regiones.

Felipe IV (1621-1665) y su valido el Conde-Duque de Olivares intentaron centralizar el poder con el proyecto de Unión de Armas. Esto provocó la crisis de 1640: Cataluña se rebeló y Portugal consiguió su independencia definitiva en 1668. La guerra de los Treinta Años y las paces de Westfalia (1648) y los Pirineos (1659) certificaron la decadencia española.

Carlos II murió sin hijos en 1700, provocando la guerra de Sucesión. Durante su reinado hubo una pequeña recuperación económica, pero España ya no era la potencia dominante en Europa.

El declive: España pasó de ser la primera potencia mundial a ser una potencia de segundo orden en menos de un siglo.

La Guerra de Sucesión y los Pactos de Familia

Cuando Carlos II murió sin descendencia en 1700, Europa se dividió en dos bandos. Su testamento nombraba heredero a Felipe de Anjou (Borbón francés), pero el archiduque Carlos de Austria también reclamaba el trono.

La guerra de Sucesión (1700-1714) fue brutal: una guerra civil y europea a la vez. Castilla apoyó a Felipe V mientras la Corona de Aragón se puso del lado del archiduque. La guerra terminó con los Tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714).

España fue la gran perdedora: perdió todos sus territorios europeos (Países Bajos, Milán, Nápoles, Cerdeña). Inglaterra se quedó con Gibraltar y Menorca. Felipe V fue reconocido rey, pero se prohibió para siempre la unión de las coronas de Francia y España.

Los Pactos de Familia con Francia marcaron la política exterior del siglo XVIII. España intentó recuperar sus territorios perdidos firmando tres pactos (1733, 1743 y 1761), consiguiendo algunos éxitos pero nunca recuperó su antiguo poder.

Consecuencias: Gibraltar sigue siendo británico hasta hoy, más de 300 años después de Utrecht.

Los Borbones: Nueva Monarquía y Reformas Americanas

Los Borbones (Felipe V, Fernando VI y Carlos III) revolucionaron España creando una monarquía absoluta al estilo francés. Los Decretos de Nueva Planta eliminaron los fueros de Aragón, Valencia y Cataluña, imponiendo las leyes castellanas. Solo Navarra conservó sus fueros por su lealtad.

La nueva administración era mucho más eficaz. Los antiguos Consejos fueron sustituidos por secretarios de despacho (ministros). El territorio se dividió en provincias con un capitán general, una audiencia y un intendente en cada una.

En América también hubo grandes cambios. Se crearon dos nuevos virreinatos: Nueva Granada y Río de la Plata, sumando cuatro en total. Se nombraron intendentes para mejorar la administración, pero esto cabreó mucho a los criollos que se vieron relegados de los cargos importantes.

El comercio cambió radicalmente. Primero se crearon compañías comerciales, luego el sistema de registros y finalmente Carlos III autorizó el libre comercio con América, rompiendo el monopolio de Cádiz.

Problema: La industria española no podía abastecer el enorme mercado americano, así que la mayoría de productos eran extranjeros.

Sociedad, Economía y Cultura del Siglo XVIII

El siglo XVIII español seguía siendo Antiguo Régimen: monarquía absoluta, sociedad estamental y economía agraria. Pero había ganas de cambio gracias a las ideas ilustradas que llegaban de Francia.

La economía tenía problemas graves: el sistema gremial limitaba la competencia, las tierras amortizadas impedían el acceso a la propiedad y la mentalidad tradicional se oponía a los cambios. Carlos III intentó solucionarlo con las Reales Fábricas y las Sociedades Económicas de Amigos del País.

Los ilustrados españoles eran una minoría culta que quería modernizar España. Jovellanos fue el más importante, defendiendo reformas económicas y educativas. En literatura destacó Fernández de Moratín y en arte el genial Goya.

Se crearon las Reales Academias (Lengua, Historia, Bellas Artes) para difundir la cultura. Nacieron nuevos centros educativos y apareció la prensa periódica. Sin embargo, la Iglesia y la nobleza se resistían a estos cambios.

Contradicción: España quería modernizarse pero las estructuras del Antiguo Régimen frenaban cualquier cambio profundo.