Pueblos Prerromanos y Colonizaciones: El Despertar Cultural
Hacia el 1200 a.C., la península se convirtió en un auténtico mosaico cultural. Los celtas se mezclaron con los pueblos locales formando el área celtíbera en el norte, centro y oeste, mientras que en el sur y levante floreció el área ibérica, más avanzada económicamente.
Los fenicios y griegos llegaron atraídos por nuestros metales y montaron colonias comerciales. No venían de turismo: trajeron la moneda, el cultivo del olivo, el alfabeto y técnicas de escultura que revolucionaron la cultura local. Los fenicios fundaron Gadir (Cádiz) y los griegos establecieron Emporion.
Más tarde, Cartago se hizo con el control del Mediterráneo y estableció enclaves como Cartago Nova (Cartagena). Su política más agresiva acabó enfrentándolos con Roma, lo que cambiaría para siempre el destino de la península.
Dato curioso: La Dama de Elche es uno de los mejores ejemplos del arte ibérico, mostrando la sofisticación cultural que se había alcanzado antes de la llegada romana.
La romanización transformó completamente la península. Roma no solo conquistó territorios, sino que integró a todos los pueblos en su administración y cultura. El latín se impuso como lengua, el derecho romano como sistema legal, y monumentos como el acueducto de Segovia o el Teatro de Mérida demuestran la grandeza arquitectónica del período.
Finalmente, las invasiones bárbaras del 409 trajeron suevos, vándalos y alanos. Los visigodos, tras expulsar a estos pueblos, establecieron un reino con capital en Toledo. Con Recaredo y el III Concilio de Toledo, el catolicismo se convirtió en religión oficial. Sin embargo, las luchas internas debilitaron el reino, preparando el camino para la llegada musulmana.