La expansión musulmana en Europa y arte tuvo un impacto profundo y duradero en el desarrollo artístico occidental. Durante siglos, el arte islámico en occidente influyó significativamente en la arquitectura, decoración y técnicas artísticas europeas, especialmente en regiones como España, Sicilia y el sur de Italia.
El arte islámico en occidente se caracterizó por sus patrones geométricos intrincados, caligrafía árabe y motivos florales estilizados conocidos como arabescos. Los artistas musulmanes desarrollaron técnicas innovadoras en cerámica, metalurgia y textiles que fueron adoptadas por los artesanos europeos. La arquitectura islámica introdujo elementos distintivos como los arcos de herradura, cúpulas nervadas y muqarnas (decoraciones en forma de panal) que posteriormente influenciaron el estilo románico y gótico. Los palacios y mezquitas, como la Alhambra en Granada, ejemplifican la sofisticación del diseño islámico y su influencia del islam en el arte occidental.
La transferencia cultural entre el mundo islámico y europeo se facilitó a través de rutas comerciales, intercambios diplomáticos y centros de aprendizaje en ciudades como Córdoba y Toledo. Los manuscritos iluminados islámicos inspiraron nuevas técnicas de ilustración en Europa, mientras que los textiles musulmanes, especialmente las sedas y tapices, fueron altamente valorados y emulados por los tejedores europeos. Esta fusión de estilos y técnicas creó un rico patrimonio artístico que continúa siendo visible en numerosos monumentos y obras de arte por toda Europa, demostrando cómo la influencia del islam en el arte occidental transformó permanentemente el panorama artístico europeo.