Arte romano y crisis del Imperio
La arquitectura romana era práctica y funcional, usando opus cementum (hormigón), arcos y bóvedas. Construyeron obras utilitarias como el acueducto de Segovia y calzadas, edificios lúdicos como teatros y anfiteatros, monumentos conmemorativos como arcos de triunfo, y templos religiosos como el de Diana en Mérida.
La crisis del Imperio comenzó cuando terminaron las guerras de conquista y se concedió la ciudadanía a todos los hombres libres. Esto encareció la mano de obra esclava, base del sistema económico romano. Sin esclavos baratos, el Imperio no podía mantenerse.
El resultado fue dramático: despoblación de las ciudades por la inseguridad, pérdida de autoridad imperial y ruralización basada en el trueque y la autosuficiencia. A partir del 260, Hispania sufrió las invasiones de pueblos bárbaros: suevos, vándalos y alanos.
Piénsalo: El sistema económico romano colapsó precisamente por depender tanto de la esclavitud.
Este proceso de crisis marcó el final de la romanización y el inicio de una nueva etapa en la historia peninsular. La herencia romana, sin embargo, permanece hasta hoy en nuestro derecho, lengua y organización urbana.