La Ilustración: Cuando la Razón Desafía al Poder
El siglo XVIII trajo una revolución intelectual que cambiaría Europa para siempre. La Ilustración fue un movimiento que puso la razón por encima de la superstición y cuestionó todos los pilares del Antiguo Régimen.
Los ilustrados defendían ideas revolucionarias: predominio de la razón, tolerancia religiosa, separación entre poder civil y eclesiástico, y educación como instrumento del progreso. Pensadores como Voltaire, Newton y Adam Smith se convirtieron en referentes de este cambio de mentalidad.
Algunos monarcas adoptaron estas ideas creando el despotismo ilustrado, resumido en la frase "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Luis XVI de Francia, Federico II de Prusia, José II de Austria y Carlos III de España impulsaron reformas educativas, crearon academias y modernizaron la economía.
El liberalismo económico de Adam Smith defendía la libertad comercial y veía la acumulación de propiedades como fuente de riqueza. Mientras tanto, científicos como Newton promovían el método experimental frente a las explicaciones religiosas.
¡Fundamental! El despotismo ilustrado intentó reformar el sistema desde arriba, pero sin dar poder real al pueblo, lo que generó más tensiones sociales.