Análisis comparativo: Del absolutismo al liberalismo constitucional
¿Te imaginas cómo España pasó del poder absoluto de Fernando VII a un sistema más democrático? Todo comenzó con la regencia de María Cristina, cuando Martínez de la Rosa propuso el Estatuto Real de 1834 como puente político hacia el liberalismo.
El Estatuto Real fue bastante conservador, más bien una "carta otorgada" al estilo francés que una verdadera constitución. Reconocía pocos derechos individuales y mantenía amplios poderes para la monarquía y la burguesía católica española. No establecía soberanía nacional y el sufragio era muy restringido.
La Constitución de 1837 llegó tras el pronunciamiento progresista de los sargentos de la Granja, durante el gobierno de Calatrava y Mendizábal. Era mucho más progresista: establecía soberanía nacional, reconocía más derechos y libertades, y creaba un sistema bicameral con mayor protagonismo del Congreso.
💡 Dato clave: La Constitución de 1837 amplió considerablemente el sufragio censitario y dio importancia a la Guardia Nacional, defendiendo cierta descentralización en la elección de alcaldes.
Finalmente, la Constitución de 1845 surgió durante la década moderada de Narváez. Establecía soberanía compartida entre rey y Cortes, pero limitaba más las libertades que la anterior. Defendía el proteccionismo económico y mantenía una relación muy favorable con la Iglesia Católica, concediendo amplios poderes a la monarquía.