Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
¿Te imaginas que de repente no hubiera gobierno y los ciudadanos tuvieran que organizarse solos? Eso pasó en España en 1808 cuando nadie reconoció a José Bonaparte como rey legítimo. El pueblo español asumió el poder creando juntas locales y provinciales que gobernaron durante la resistencia.
En septiembre de 1808 se formó la Junta Central con 36 miembros de las 18 provincias, presidida por Floridablanca y con figuras como Jovellanos. Esta junta tomó una decisión revolucionaria: convocar las Cortes de Cádiz antes de autodisolverse en 1810.
Las Cortes se celebraron en la Isla de León con un predominio de clases medias ilustradas y pocos nobles o alto clero. Surgieron tres corrientes políticas: los liberales o doceañistas (como Argüelles) que querían un régimen constitucional, los jovellanistas que preferían reformas graduales, y los absolutistas que defendían el Antiguo Régimen.
💡 Dato clave: Los liberales lograron aprobar decretos revolucionarios entre 1810-1813: libertad de imprenta, supresión de la Inquisición, eliminación del régimen señorial y libertades económicas.
El 19 de marzo de 1812 se promulgó la primera Constitución española liberal, basada en cinco principios fundamentales: soberanía nacional (el poder residía en la nación representada en Cortes), división de poderes, sistema parlamentario donde el rey estaba subordinado a las Cortes, sufragio indirecto, e igualdad ante la ley eliminando privilegios estamentales. Aunque proclamaba derechos individuales, mantenía el catolicismo como única religión y creó la Milicia Nacional para defender el nuevo régimen.