Las Cortes de Cádiz y "La Pepa"
Mientras José I intentaba gobernar, los españoles que resistían crearon su propio modelo político. Primero surgieron Juntas locales de defensa que se unificaron en la Junta Suprema Central, y después en el Consejo de Regencia que convocó las famosas Cortes de Cádiz.
En estas Cortes se enfrentaron tres grupos: los absolutistas (que querían volver al Antiguo Régimen), los reformistas (que buscaban un equilibrio entre rey y nación), y los liberales (que querían una revolución política completa). Los liberales como Argüelles y Muñoz Torrero lograron imponer sus ideas.
El resultado fue la Constitución de 1812, conocida cariñosamente como "La Pepa". Esta ley establecía la soberanía nacional, la división de poderes y una monarquía constitucional. Fernando VII tendría poder ejecutivo, pero controlado por unas Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal masculino indirecto.
La Constitución también garantizaba derechos individuales como la libertad de prensa, suprimía los privilegios nobiliarios y establecía la igualdad fiscal. Aunque mantenía el catolicismo como religión oficial, eliminaba la Inquisición y modernizaba completamente el sistema político español.
Para recordar: Aunque Fernando VII anuló "La Pepa" a su vuelta, se convirtió en el modelo liberal de referencia durante todo el siglo XIX.