Los fueros: de privilegio medieval a autonomía moderna
Los fueros eran mucho más que leyes antiguas. Representaban "constituciones consuetudinarias" que daban a ciertos territorios exención fiscal, del servicio militar y derecho civil propio. Eran una herencia del Antiguo Régimen que chocaba frontalmente con la igualdad liberal.
Mientras Felipe V había suprimido los fueros aragoneses tras la Guerra de Sucesión con los Decretos de Nueva Planta, vascos y navarros los conservaron por haber apoyado a los Borbones. Las constituciones liberales (1812, 1837) intentaron abolirlos, pero siempre volvían en los periodos conservadores.
La solución final llegó tras la tercera guerra carlista. Cánovas del Castillo suprimió los fueros pero mantuvo los conciertos económicos (1878), que permitían a estas provincias recaudar sus impuestos y pagar un cupo al Estado.
Esta fórmula sobrevivió al franquismo y se incorporó a la Constitución de 1978. El Estatuto de Gernika (1979) convirtió el antiguo privilegio foral en autonomía moderna, demostrando cómo las tradiciones pueden adaptarse a los tiempos nuevos.
Curiosidad: Los magnates industriales vascos aprovecharon los conciertos para controlar las diputaciones y expandir sus negocios por toda España.