Carlismo y Guerra Civil: La lucha por dos modelos de país
Imagínate España dividida en dos bandos completamente opuestos luchando por visiones totalmente diferentes del futuro. Eso fue exactamente lo que pasó con la Primera Guerra Carlista (1833-1839). Todo empezó cuando murió Fernando VII y su hermano Carlos María Isidro reclamó el trono basándose en la antigua Ley Sálica.
Los carlistas representaban todo lo tradicional: defendían el absolutismo, la Iglesia católica, los fueros medievales y el mundo rural. Eran principalmente campesinos, clero y pequeños propietarios que tenían miedo a los cambios. Sus mejores generales fueron Zumalacárregui, Cabrera y Maroto, y controlaban sobre todo el norte (País Vasco, Navarra, Cataluña).
Por el otro lado, los liberales o isabelinos apoyaban a la niña Isabel II porque veían la oportunidad de modernizar España. Querían una constitución, capitalismo y acabar con el sistema de estamentos. Los respaldaba la burguesía urbana, funcionarios y parte del ejército, con generales como Espartero, Narváez y O'Donnell.
Dato clave: La guerra terminó con el famoso "Abrazo de Vergara" en 1839, que simbolizó la reconciliación entre los dos bandos y la victoria liberal.