El fin del Imperio y el inicio de una nueva era
En el año 451, los hunos fueron derrotados en la batalla de los Campos Cataláunicos por los romanos, liderados por el general Aecio, quien contó con la ayuda de pueblos germánicos como los visigodos de Teodorico I. Aunque los hunos se retiraron, muchos pueblos germánicos permanecieron y se establecieron dentro del imperio.
Estos pueblos germánicos, que no tenían escritura, leyes ni estructuras estatales propias, debilitaron progresivamente el imperio. El golpe final llegó cuando Odoacro, un guerrero germánico que comandaba tropas imperiales romanas, se rebeló contra el último emperador, Rómulo Augústulo, y fue proclamado rey en el año 476 d.C., marcando oficialmente el final del Imperio Romano de Occidente.
Con la caída de Roma surgieron tres grandes civilizaciones: los reinos germánicos en el antiguo Imperio de Occidente (destacando el Imperio Carolingio y el Reino Visigodo); el Imperio Bizantino que mantuvo la riqueza y el legado romano en Oriente; y el Islam, una nueva religión monoteísta surgida en el siglo VII en la península arábiga, cuyos seguidores, los musulmanes, conquistaron extensos territorios del Mediterráneo, incluyendo parte de la península ibérica en el siglo VIII.
🏰 Dato interesante: Durante la Edad Media, la mayoría de la población abandonó las ciudades y dependió de grandes propietarios, estableciéndose así el sistema feudal que dominaría Europa durante siglos.