Amadeo de Saboya: un rey sin suerte
Con la nueva constitución que establecía una monarquía democrática, necesitaban un rey que no fuera de los Borbones. Eligieron a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia, que tenía fama de liberal y moderno.
Pero Amadeo tuvo la peor suerte del mundo: el mismo día que llegó a España, asesinaron al general Prim, que era su principal apoyo político. Era como llegar al instituto nuevo y que tu único amigo se fuera el primer día.
Todo el mundo estaba en su contra: los carlistas seguían en guerra en el País Vasco, los alfonsinos querían que volvieran los Borbones con Alfonso XII, y los republicanos pedían reformas más radicales. Mientras tanto, sus propios partidarios se peleaban entre ellos.
Después de dos años de gobiernos que duraban meses y crisis constantes, Amadeo se hartó y abdicó en 1873. Su mensaje era claro: "No encuentro la manera de gobernar este país". Sin más opciones, las Cortes proclamaron la República.
Reflexión: Amadeo intentó ser un rey democrático, pero España no estaba preparada para ese experimento político.
La Primera República: el caos absoluto
La Primera República española nació por descarte, no porque hubiera una mayoría republicana. Era como elegir delegado de clase al único que se presentaba, aunque nadie le votara realmente.
En solo un año se sucedieron cuatro presidentes: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar. Cada uno duró unos meses porque los problemas eran imposibles de resolver.
Los republicanos hicieron reformas muy progresistas pero que debilitaron al Estado: eliminaron el impuesto de consumos (perdiendo dinero), suprimieron las quintas (perdiendo soldados), separaron Iglesia y Estado, y regularon el trabajo infantil.
Además tenían que luchar en dos guerras simultáneas: la nueva guerra carlista en el norte y la Guerra Larga en Cuba. Era como intentar estudiar para varios exámenes mientras tu casa se inunda.
Lo peor fue la revolución cantonal, donde ciudades como Cartagena se declararon independientes porque los republicanos federales no se ponían de acuerdo sobre cómo organizar España. El país se estaba desintegrando literalmente.