El Legado Romano: Ciudades, Economía y Cultura
Las ciudades romanas cambiaron completamente el paisaje peninsular. Seguían un diseño ordenado con dos ejes principales (cardo y decumano) que se cruzaban perpendicularmente. Roma construyó impresionantes obras de ingeniería: acueductos, puentes, teatros y anfiteatros que aún hoy podemos admirar.
La economía se transformó radicalmente. Hispania se convirtió en una colonia que exportaba vino, aceite, minerales y esclavos a cambio de productos manufacturados. Las minas pasaron a ser propiedad del estado romano, y el denario se estableció como moneda oficial. Todo el sistema se basaba en el trabajo esclavo.
La sociedad romana era muy jerárquica. Estaba dividida entre libres y esclavos, y dentro de los libres había diferentes categorías: ciudadanos romanos (con todos los derechos), ciudadanos latinos, peregrinos y libertos (esclavos liberados).
Sabías que: Emperadores como Trajano y Adriano, y filósofos como Séneca nacieron en territorio hispano.
En cuanto a la religión y cultura, Roma fue tolerante al principio, permitiendo que coexistieran diferentes cultos. Sin embargo, exigía el culto al emperador como símbolo de unidad. El cristianismo inicialmente fue perseguido, pero acabó convirtiéndose en religión oficial del Imperio en el 380 d.C.
El derecho romano reguló la convivencia social y sigue siendo la base de nuestro sistema jurídico actual. El latín no solo fue lengua oficial, sino que dio origen a nuestras lenguas romances: castellano, gallego, catalán. Solo el euskera logró sobrevivir como lengua no romance.