La Revolución Francesa: Del Absolutismo al Cambio
¿Te imaginas vivir en un mundo donde el rey puede abofetear al papa para demostrar su poder? Eso es exactamente lo que pasó en 1303 con Felipe IV, mostrando cómo la monarquía absoluta dominaba incluso sobre la Iglesia.
La situación se volvió insostenible cuando figuras como María Antonieta se construyeron pueblos falsos con actores para entretenerse, mientras el pueblo se moría de hambre. La burguesía veía claramente que la monarquia estaba completamente desconectada de la realidad.
Emmanuel Sieyès redactó las condiciones del nuevo estado, mientras que Jean Louis David, un pintor real convertido en revolucionario, animaba a los parisinos a tomar las armas en 1789. La ironía es brutal: un artista pagado por el rey liderando la revolución contra él.
💡 Dato curioso: Las dinastías reales se casaban entre familiares, lo que causaba problemas mentales y físicos que debilitaban su poder.
Cuando Napoleón llegó al poder como Cónsul en 1799, consolidó los logros de la revolución evitando el retorno del absolutismo. En 1804 se coronó emperador, creando un nuevo tipo de gobierno que combinaba reformas burguesas con autoridad personal.