El colapso final del reinado (1858-1868)
El gobierno largo de O'Donnell (1858-1863) fue una época de estabilidad y prosperidad económica. La Unión Liberal intentó devolver el prestigio internacional a España con intervenciones militares en Marruecos, México y otros lugares, aunque sin grandes resultados.
Se aprobó la Ley Moyano de 1857, que organizó el sistema educativo español y que, sorprendentemente, se mantuvo vigente hasta el siglo XX. Parecía que por fin España había encontrado la estabilidad política.
Pero todo se desmoronó después de 1863. Una crisis económica brutal golpeó al país, mientras los gobiernos se volvían cada vez más autoritarios. Los sucesos de la noche de San Daniel (1865) - donde la policía disparó contra estudiantes - y la sublevación del cuartel de San Gil (1866) mostraron hasta qué punto se había deteriorado la situación.
La oposición se unió en el Pacto de Ostende (1866) con un objetivo claro: destronar a Isabel II. La Gloriosa del 17 de septiembre de 1868 fue el golpe de gracia. Un pronunciamiento militar iniciado en Cádiz se extendió por toda España, y la reina tuvo que exiliarse a Francia.
El reinado de Isabel II había terminado, pero su legado era enorme: había transformado España en un estado liberal moderno, aunque a costa de una inestabilidad política crónica que marcaría el futuro del país.
Reflexión final: El reinado de Isabel II demostró que los cambios políticos profundos no son fáciles. España se modernizó, pero pagó el precio de décadas de inestabilidad y conflictos.