La Romanización: Transformación Total de Hispania
La romanización no fue solo conquista militar, sino una transformación completa de nuestra forma de vida. Los romanos no se limitaron a mandar: cambiaron absolutamente todo.
La administración se organizó en provincias con gobiernadores romanos. El ejército reclutó tropas locales que, a cambio, podían obtener la ciudadanía romana. Las ciudades se construyeron según el modelo romano: dos ejes principales que se cruzan en el foro, con edificios públicos impresionantes.
La concesión de ciudadanía fue progresiva pero inteligente: empezaron por las élites locales para asegurarse su apoyo, luego se extendió a otros grupos. La sociedad se jerarquizó según el estatus jurídico: desde colonos con plenos derechos hasta esclavos.
La economía se basó en la explotación de esclavos y la intensificación de la producción. España se convirtió en una potencia exportadora de metales, vino, aceite de oliva y trigo. También destacaron las salinas y la cerámica.
El legado cultural fue impresionante: construcciones (teatros, anfiteatros, puentes, acueductos), el derecho romano, una lengua común (el latín) y finalmente el cristianismo.
Lo más importante: La romanización no fue imposición brutal, sino un proceso gradual donde muchos hispanos vieron ventajas en adoptar el modo de vida romano.