Los Primeros Colonizadores: Fenicios, Griegos y Cartagineses
Entre los siglos X y IX a.C., la Península se convirtió en el destino favorito de las potencias colonizadoras mediterráneas. Las razones eran obvias: posición geoestratégica perfecta y recursos económicos abundantes.
Los fenicios fueron los pioneros, llegando desde el actual Líbano hacia el siglo IX a.C. Fundaron Gadir (Cádiz) y se expandieron por Andalucía y sur de Portugal con ciudades como Sexi (Almuñécar) y Malaka (Málaga). Su objetivo era controlar el comercio de metales y aprovechar la posición estratégica entre Mediterráneo y Atlántico.
El misterioso reino de Tartessos, situado en el valle del Guadalquivir, prosperó gracias al intercambio de metales preciosos y su riqueza agropecuaria. Los griegos llegaron en el siglo VIII a.C. y fundaron Emporion (Ampurias) y Rhode (Rosas), estableciendo una red comercial para obtener metales, esparto y aceite de oliva.
Los cartagineses tomaron el relevo en el siglo VI a.C., inicialmente mediante pactos comerciales, pero desde el siglo III a.C. optaron por la conquista militar. Fundaron Cartago Nova (Cartagena) y otros emporios, transformando la colonización comercial en ocupación territorial directa.
Impacto transformador: Estas colonizaciones introdujeron el torno del alfarero, la metalurgia del hierro, la escritura, la vid, el olivo y las primeras ciudades, cambiando para siempre la sociedad peninsular.