La Constitución de 1812 y las reformas
La Constitución de 1812, conocida como "La Pepa", fue la primera ley fundamental aprobada por un parlamento en España. Sus principios revolucionarios se inspiraban en la Revolución francesa de 1791 y cambiaban por completo el país.
Los pilares básicos eran la soberanía nacional (el poder residía en la nación, no en el rey), la división de poderes según Montesquieu, y el establecimiento de una monarquía parlamentaria. España pasaba de ser una monarquía absoluta a tener un rey constitucional con poderes limitados.
También establecía derechos individuales como la libertad, propiedad e igualdad jurídica, aunque mantenía el catolicismo como religión oficial. El sufragio universal masculino (mayores de 25 años) era indirecto, y se creaba un Estado unitario que ponía fin a los privilegios territoriales.
Además de la Constitución, las Cortes aprobaron reformas socioeconómicas fundamentales: abolición del régimen señorial jurisdiccional, extinción de la Mesta, nueva desamortización de 1813, supresión de la Inquisición y de los gremios, y establecimiento de la libertad de comercio. Aunque estas reformas apenas se aplicaron por la guerra y el posterior regreso del absolutismo, se convirtieron en el programa del liberalismo español durante décadas.
Recuerda: La Constitución de 1812 influyó especialmente en las constituciones españolas de 1869, 1931 y 1978, marcando el constitucionalismo español del siglo XX.