El Imperio Bizantino y la Iglesia Ortodoxa
Los emperadores bizantinos tenían un poder absoluto increíble: mandaban en el estado, en el ejército y hasta en la iglesia. Era como ser presidente, general y papa al mismo tiempo.
Con el tiempo, Bizancio desarrolló su propia identidad. El latín fue reemplazado por el griego, y el emperador designaba directamente al Patriarca de Constantinopla (el jefe de su iglesia). Sus ceremonias y normas se volvieron completamente diferentes a las occidentales.
En 1054 ocurrió algo histórico: las dos iglesias cristianas se separaron para siempre. Los occidentales siguieron siendo católicos, mientras que los bizantinos se llamaron ortodoxos (que significa "creencia correcta").
La iglesia ortodoxa se expandió hacia el norte, llegando a búlgaros, serbios y rusos en el siglo X. Hoy en día, millones de personas siguen practicando esta religión.
Importante: Esta división religiosa del cristianismo sigue existiendo hoy en día y explica muchas diferencias culturales actuales.