La Independencia de las Colonias Hispanoamericanas
Mientras Europa se transformaba, el enorme imperio colonial español también estaba a punto de desmoronarse. Su estructura social basada en un sistema de castas creaba tensiones enormes entre peninsulares, criollos, indios, negros y las diferentes mezclas (mestizos, mulatos, zambos).
Las causas de la independencia fueron múltiples: las ideas ilustradas y liberales, el ejemplo de la independencia americana y la Revolución Francesa, el malestar de los criollos (que querían liberarse de las restricciones españolas), y el apoyo británico que veía oportunidades comerciales.
Los verdaderos protagonistas fueron los criollos, aunque en México los sacerdotes Hidalgo y Morelos lideraron movimientos populares de indios y mestizos que fueron sofocados en 1815. La guerra de Independencia española (1808-14) fue el detonante perfecto para comenzar el proceso.
La independencia tuvo dos fases principales: una primera (1810-14) donde surgieron movimientos en Buenos Aires, México y Caracas que Fernando VII logró sofocar al volver al trono, y una segunda (1815-24) donde la emancipación se hizo imparable.
Momento decisivo: La batalla de Ayacucho (1824) eliminó la última resistencia española. Las campañas de Simón Bolívar y José San Martín, junto con el apoyo norteamericano y británico, sellaron la independencia.
Tras la independencia, solo Cuba y Puerto Rico permanecieron como colonias españolas hasta 1898. Inglaterra y Estados Unidos sustituyeron a España en el control del comercio americano, aprovechando la fragmentación en múltiples estados independientes.