El reinado de Isabel II de España fue uno de los períodos más turbulentos y transformadores de la historia española del siglo XIX, extendiéndose desde 1833 hasta 1868.
Durante las Regencias en España siglo XIX, el país experimentó dos importantes períodos de transición: la Regencia de María Cristina madre de Isabel II (1833-1840) y la Regencia del general Espartero (1840-1843). En estos años se establecieron las bases del liberalismo español y se produjeron importantes reformas administrativas y económicas. Los conflictos entre liberales moderados y progresistas marcaron profundamente esta época, con diferencias fundamentales en su visión del estado y la sociedad. Los moderados defendían un sistema más centralizado y conservador, mientras que los progresistas apostaban por reformas más profundas y una mayor participación popular.
El reinado de Isabel II propiamente dicho (1843-1868) se caracterizó por la alternancia en el poder entre moderados y progresistas, aunque con un claro predominio de los primeros. Durante este período se implementaron importantes reformas como la creación de la Guardia Civil, la modernización de la administración pública y el desarrollo del ferrocarril. Sin embargo, la inestabilidad política, los pronunciamientos militares y la corrupción fueron constantes. Las etapas del reinado de Isabel II incluyeron la Década Moderada (1844-1854), el Bienio Progresista (1854-1856) y el período final hasta su destronamiento en 1868. La reina mostró una clara preferencia por los moderados, lo que acabó alienando a los progresistas y contribuyó a su eventual derrocamiento durante la Revolución Gloriosa de 1868. Este período sentó las bases para la posterior evolución política de España y el desarrollo del sistema liberal español.