El camino hacia el imperio (1894-1931)
Las guerras sino-japonesa (1894-1895) y ruso-japonesa (1904-1905) marcaron el debut de Japón como potencia militar. Aunque ganaron, se dieron cuenta de que no podían resistir la presión occidental, lo que les llevó a aumentar masivamente el gasto militar.
Durante la Primera Guerra Mundial, Japón aprovechó brillantemente la situación. Se alió con las potencias occidentales pero participó mínimamente, limitándose a conquistar territorios alemanes en China y el Pacífico. Presentó las famosas 21 Demandas a China para ampliar su influencia en Manchuria, aunque tuvo que retirar las más duras por la oposición estadounidense.
La Era Taishō (1912-1926) supuso un respiro liberal con democratización política, buenas relaciones con EEUU y cambios sociales como las moga (mujeres modernas). Sin embargo, las revueltas en Corea (1919) y el movimiento del 4 de Mayo en China mostraron la creciente resistencia al dominio japonés.
Importante: Los Tratados de Washington (1921-1922) limitaron el armamento naval japonés, lo que generó un gran descontento entre los militares y sentó las bases del futuro conflicto.