La Ilustración Llega a España: "Todo para el Pueblo, pero sin el Pueblo"
La Ilustración española tenía sus propias características: reforma económica, mejora del sistema educativo y crítica moderada de la sociedad, pero sin planteamientos revolucionarios como en Francia. Los ilustrados españoles querían modernizar el país, pero manteniendo el orden social establecido.
El Despotismo Ilustrado fue la fórmula perfecta para los Borbones: usar las ideas modernas de la Ilustración pero manteniendo el poder absoluto del rey. Su lema "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" lo resume perfectamente. Carlos III fue el máximo representante de esta corriente, considerado el mejor alcalde de Madrid por sus reformas urbanas.
Ministros como Patiño, Campillo y Ensenada pusieron en práctica estas ideas: reformaron la administración, impulsaron el comercio americano y fortalecieron militarmente España. Querían un país próspero y moderno, pero siempre bajo control real.
💡 Para el examen: El Despotismo Ilustrado es clave para entender cómo España se modernizó en el siglo XVIII sin perder su carácter absolutista.