El Despegue Económico del XVIII
El siglo XVIII fue cuando España empezó a desperezarse económicamente hablando. La población creció (aunque más en la costa que en el interior), y Carlos III liberalizó el comercio eliminando aduanas y abriendo los mercados coloniales americanos.
La agricultura siguió siendo la base de todo, pero ahora con ideas más modernas. Los fisiócratas creían que la tierra era la verdadera fuente de riqueza, así que se pusieron a cultivar más tierras, limitar los privilegios de la Mesta (los ganaderos) y hacer obras públicas como el Canal de Castilla para mejorar el regadío.
La industria textil fue la que más creció, especialmente en Cataluña. El Estado creó las Reales Fábricas para competir con otros países europeos y dar más libertad a la iniciativa privada. La burguesía catalana se convirtió en la motor de este cambio industrial.
El secreto catalán: Cataluña despegó económicamente porque combinó comercio marítimo, industria textil (especialmente las famosas indianas de algodón) y una mentalidad empresarial que aprovechó la liberalización comercial.
El comercio se modernizó completamente: tratados comerciales internacionales, libertad de comercio con América desde 1778, nuevos astilleros... La Casa de Contratación de Sevilla perdió su monopolio y España se abrió al mundo.