Los pueblos prerromanos y primeros colonizadores
Antes de que llegaran los romanos, la península ya era un mosaico de culturas fascinantes que convivían e intercambiaban conocimientos.
Los íberos dominaban el sur y la costa mediterránea. Eran agricultores y ganaderos que vivían en poblados amurallados y comerciaban con fenicios y griegos. Su arte, muy influenciado por estas culturas, tenía principalmente función religiosa y funeraria.
Los celtas llegaron desde centroeuropa a principios del primer milenio y se asentaron en la meseta y noroeste. Aportaron la metalurgia del hierro y vivían en castros (poblados fortificados), dedicándose principalmente a la ganadería.
Los colonizadores mediterráneos transformaron la península: los fenicios fundaron Cádiz y se dedicaron al comercio de metales; los griegos establecieron Ampurias y comerciaron con aceite y sal; los cartagineses llegaron con intenciones militares y fundaron Cartagena.
Clave para recordar: Cada pueblo aportó algo único - los celtas el hierro, los fenicios el alfabeto, los griegos la cultura clásica.
Esta mezcla cultural preparó el terreno para la posterior llegada de Roma, creando una base diversa y rica que caracterizaría nuestra historia.