La crisis del Antiguo Régimen y la revolución liberal
¿Te imaginas vivir en una época donde todo tu mundo político se tambalea en pocos años? Eso es exactamente lo que pasó en España a principios del siglo XIX, cuando la invasión francesa desencadenó una revolución liberal que cambiaría para siempre nuestro país.
El Tratado de Fontainebleau de 1807 parecía un simple acuerdo para ocupar Portugal, pero terminó siendo la puerta de entrada para que las tropas napoleónicas controlaran España. Cuando esto ocurrió, la sociedad española se dividió en bandos irreconciliables que definirían el futuro político del país.
Los afrancesados apoyaron al nuevo rey José I Bonaparte, mientras que los patriotas se dividieron entre absolutistas (que querían volver al sistema anterior) y liberales (que buscaban reformas modernas). Esta división no era solo política: determinaba tu supervivencia social y económica en esa época convulsa.
La resistencia popular se organizó a través de las guerrillas, grupos de campesinos que lucharon contra el invasor francés. Al mismo tiempo, surgió la Junta Suprema Central para llenar el vacío de poder y gobernar España durante la ocupación.
💡 Dato clave: La Constitución de Cádiz de 1812 fue la primera constitución española y estableció por primera vez la soberanía nacional, dando el poder a los ciudadanos en lugar del rey.
El regreso de Fernando VII tras el Tratado de Valençay no trajo la estabilidad esperada. El Manifiesto de los Persas de 1814 demostró que los absolutistas querían eliminar todos los avances liberales, lo que generó una represión feroz contra los partidarios de las reformas.
Los liberales no se rindieron y recurrieron a los pronunciamientos militares para intentar cambiar el sistema político. Estos levantamientos militares apoyados por civiles urbanos se convertirían en una constante del siglo XIX español.
Este período también vio nacer el sufragio censitario, un sistema electoral restrictivo donde solo podían votar quienes tenían cierta riqueza. Mientras tanto, en América, los criollos aprovecharon el caos peninsular para iniciar sus procesos independentistas.