Consecuencias: De la crisis real a la Guerra de Independencia
La salida de la familia real hacia Bayona fue la chispa que encendió el polvorín. El levantamiento del 2 de mayo en Madrid marcó el inicio de la Guerra de Independencia (1808-1814), que dividiría a España en dos bandos irreconciliables.
Los afrancesados apoyaron a José I Bonaparte, mientras que los patriotas se alzaron contra la ocupación francesa. Esta guerra no solo fue militar, sino también ideológica: en las Cortes de Cádiz se enfrentaron absolutistas contra liberales (moderados y exaltados).
La victoria española se selló con el Tratado de Valençay en diciembre de 1813. Fernando VII regresó en abril de 1814, pero sorprendió a todos: en lugar de aceptar la legislación liberal, restauró el absolutismo mediante el famoso Decreto de Valencia.
Sin embargo, el Sexenio Absolutista demostró la ineficacia del sistema. Entre la crisis económica, los problemas de Hacienda y las guerras de independencia americanas, el absolutismo fernandino se tambaleaba constantemente.
Recuerda esto para el examen: La crisis de 1808 no fue solo un cambio de rey, sino el inicio de la transformación del Antiguo Régimen español.