Clasificación de fuentes por su forma
Imagínate que tienes que organizar todas las pistas de una investigación histórica. Las fuentes escritas son tus mejores aliadas: textos, cartas, periódicos... Son las que más usan los historiadores porque contienen información muy detallada.
Las fuentes orales incluyen todo lo que se transmite hablando: desde leyendas antiguas hasta entrevistas grabadas en tu móvil. Aunque estén en papel o en formato digital, siguen siendo orales por su naturaleza.
Las fuentes iconográficas son todo lo visual: fotos, mapas, carteles, documentales... Una imagen vale más que mil palabras, ¿verdad? Por último, los restos materiales son objetos físicos como herramientas, ropa o utensilios que nos muestran cómo vivía la gente.
¡Ojo! Una misma fuente puede combinar varios tipos. Por ejemplo, un periódico es escrito pero también puede tener imágenes.