Felipe II: El rey del imperio donde nunca se ponía el sol
Felipe II fue mucho más español que su padre y convirtió Madrid en la capital del imperio más grande de la historia. Se le conocía como el "imperio donde nunca se pone el sol" porque tenía territorios en todos los continentes, desde América hasta Filipinas.
En política interior, Felipe II tuvo que lidiar con varios conflictos importantes. Incorporó Portugal a la corona española tras ser reconocido en las Cortes de Tomar, expulsó a los moriscos de las Alpujarras por mantener sus costumbres islámicas, y enfrentó el misterioso caso del príncipe Don Carlos, su propio hijo, que acabó encarcelado.
Su política exterior fue épica pero agotadora. Derrotó a los franceses en San Quintín y Gravelinas, lideró la Liga Santa que venció a los turcos en la batalla de Lepanto con Don Juan de Austria al mando, y enfrentó la rebelión de los Países Bajos, donde el sur católico permaneció fiel pero el norte protestante consiguió la independencia.
El episodio más famoso fue el desastre de la Armada Invencible contra Inglaterra. Felipe II había planeado una flota gigantesca para invadir Inglaterra, pero el plan fracasó estrepitosamente y perdió la mitad de sus barcos. Este fracaso marcó el inicio del declive del poder español en Europa.
Recuerda: Con Felipe II terminó la hegemonía española. Su sucesor, Felipe III, heredó un imperio en crisis económica que ya no podía mantener tantas guerras simultáneas.