Guerra de la Independencia y transformación política
José Bonaparte, coronado como José I, intentó implementar reformas para acabar con el Antiguo Régimen: abolió el régimen señorial, promovió la desamortización de tierras eclesiásticas y la desvinculación de tierras nobiliarias, convirtiendo la propiedad privada en libre. Sin embargo, la población española rechazó su legitimidad, desencadenando la Guerra de la Independencia (1808-1813).
La resistencia española adoptó diferentes modalidades: desde batallas convencionales como la de Bailén, hasta guerras de guerrillas con partidas de unos 50 hombres y asedios como los de Zaragoza y Girona. Ante el vacío de poder por la ausencia de la familia real, el pueblo creó Juntas locales y provinciales que culminaron en la Junta Suprema Central.
Durante el conflicto surgieron distintas posturas políticas: los afrancesados que apoyaban a José I, los patriotas que deseaban el regreso de Fernando VII y el absolutismo, y los reformistas (tanto moderados como liberales) que proponían cambios de distinto calado, incluyendo una constitución y la separación de poderes.
⚠️ Las consecuencias de la guerra fueron devastadoras: escasez de alimentos, destrucción agraria, paralización industrial y comercial, y una altísima mortalidad civil que alcanzó el 50% en algunas zonas.
La Guerra de Independencia no solo fue un conflicto bélico contra la ocupación francesa, sino también el escenario de una profunda transformación política donde se enfrentaron visiones contrapuestas sobre el futuro de España: el regreso al absolutismo o el avance hacia un sistema liberal constitucional.