Sectores productivos y paisajes económicos
El PIB (Producto Interior Bruto) mide el valor de los bienes y servicios producidos en un país, mientras que el PNB (Producto Nacional Bruto) incluye la actividad de los residentes independientemente de dónde se realice. Estos indicadores reflejan el desarrollo económico de un territorio.
La agricultura ha evolucionado con diversos regímenes de tenencia como la propiedad directa, el arrendamiento (pago fijo) o la aparcería (pago mediante porcentaje de cosecha). El paisaje agrario refleja esta estructura y se caracteriza por el tamaño y disposición de las parcelas, los tipos de cultivo y las técnicas empleadas.
En el sector pesquero, los bancos de pesca o caladeros son zonas con condiciones óptimas para la captura. La acuicultura representa una alternativa sostenible mediante la cría controlada de especies marinas o fluviales.
El desarrollo industrial ha generado regiones industriales especializadas y parques tecnológicos donde se concentran empresas de alta tecnología con importante actividad investigadora. Las redes de transporte son fundamentales para conectar centros de producción y consumo.
La terciarización económica supone el trasvase de población activa hacia el sector servicios, destacando el turismo como actividad económica fundamental en países como España, con modalidades como el turismo de sol y playa o el turismo de interior.
🔬 La investigación científica se ha convertido en un factor económico decisivo. Los países que más invierten en I+D+i son también los más competitivos, ya que la innovación permite desarrollar productos y servicios con mayor valor añadido y menor dependencia de los costes laborales.