La agricultura de regadío en Andalucía representa uno de los pilares fundamentales de la economía agrícola española. Este tipo de cultivo se caracteriza por el uso intensivo de sistemas de riego que permiten obtener mayores rendimientos en zonas donde las precipitaciones son escasas. En Andalucía, los principales cultivos de regadío incluyen el olivo, los cítricos, las hortalizas y el arroz, especialmente en las zonas del Valle del Guadalquivir y las costas mediterráneas.
Las diferencias entre agricultura intensiva y extensiva son notables en cuanto a sus métodos y resultados. La agricultura intensiva busca maximizar la producción en espacios reducidos mediante el uso de tecnología avanzada, fertilizantes y sistemas de riego modernos. Por otro lado, la agricultura extensiva utiliza grandes extensiones de terreno con menor inversión por hectárea y menor impacto ambiental. En Andalucía, podemos encontrar ejemplos de ambos tipos: invernaderos en Almería (intensiva) y cultivos de cereales en secano (extensiva).
La importancia de las aguas jurisdiccionales radica en su papel crucial para la economía y soberanía de las regiones costeras. Estas aguas, que se extienden hasta 12 millas náuticas desde la costa, son fundamentales para actividades como la pesca, el comercio marítimo y la explotación de recursos naturales. En el contexto andaluz, las aguas jurisdiccionales son especialmente relevantes para la industria pesquera, que sustenta numerosas comunidades costeras y contribuye significativamente a la economía regional. Además, estas aguas son esenciales para la protección de ecosistemas marinos y la regulación de actividades económicas en el litoral.