Los grandes ríos y sus cuencas
Cada gran río de España tiene su propia personalidad. El Miño es pequeño pero constante, perfecto para la navegación en su tramo final. El Duero es el rey de la Submeseta Norte, con afluentes como el Esla y el Pisuerga, ideal para embalses.
El Tajo se lleva el premio al más largo de la península, desde la Sierra de Albarracín hasta Lisboa. Pero tiene un problema: el trasvase Tajo-Segura le "roba" agua para llevársela al sureste. El Guadiana es el más "vago" en caudal, naciendo en las Lagunas de Ruidera.
El Guadalquivir es el andaluz por excelencia, navegable desde Sevilla, mientras que el Ebro es una excepción mediterránea: muy caudaloso a pesar de pasar por zonas secas gracias a sus numerosos afluentes. Los ríos levantinos (Segura, Júcar, Turia) son los héroes de la agricultura, regando las famosas huertas valencianas y murcianas.
Truco de memoria: Tajo = el más largo, Ebro = el más caudaloso del Mediterráneo, Guadiana = el de menos caudal.