El relieve como condicionante de la vida humana
El relieve español no es solo bonito de ver, ¡condiciona totalmente cómo vivimos! Desde siempre, nos hemos asentado en valles fluviales y llanuras porque son más cómodos que las montañas escarpadas.
Para la agricultura, está clarísimo: las zonas bajas y llanas son ideales, mientras que las pendientes pronunciadas complican mucho las cosas. Además, el subsuelo nos proporciona recursos minerales como carbón, cobre y zinc.
El transporte se complica con tantas montañas periféricas que dificultan las comunicaciones entre la Meseta y la costa. Por eso necesitamos tantos túneles y viaductos, que son carísimos de construir.
Los riesgos geológicos también son reales: seísmos en el sur y sureste por el contacto entre placas, erupciones volcánicas en algunas Canarias, desprendimientos en cordilleras y deslizamientos en suelos arcillosos saturados.
¡Dato importante! España tiene redes de vigilancia sísmica en toda la península y volcánica solo en Canarias, porque ahí es donde realmente puede pasar algo.