El relieve como condicionante de las actividades humanas y riesgos geológicos
El relieve condiciona totalmente dónde vivimos: históricamente nos hemos asentado en valles fluviales y llanuras, evitando zonas montañosas. Lo mismo ocurre con la agricultura, que prefiere terrenos llanos y bajos.
Nuestras montañas nos proporcionan recursos minerales como carbón, cobre y zinc, pero también dificultan el transporte entre la Meseta y el litoral. Las llanuras, en cambio, facilitan infraestructuras y comunicaciones.
El turismo geológico es cada vez más importante, desde parques naturales hasta nuestras famosas playas del Levante y Baleares. Sin embargo, las costas rectilíneas dificultan la construcción de puertos naturales.
Los riesgos geológicos son una realidad: seísmos en el sur y sureste por el contacto entre placas, erupciones volcánicas en Canarias, y movimientos de ladera en grandes cordilleras. España cuenta con redes de vigilancia sísmica y volcánica para monitorizarlos.
Importante: Los riesgos geológicos no son solo teoría; España tiene sistemas de vigilancia reales que protegen a la población, especialmente la Red de Vigilancia Volcánica en Canarias.